Lady L

Lady L

lunes, 15 de octubre de 2012

La porteñidad al palo

Salir de la Matrix laboral oficinista tiene sus pros y sus contras. Entre los pros, está poder ir a desayunar un lunes a las 9.30 a un bar del año del jopo como "El Banderín", un lugar donde la única promoción posible de desayuno consiste en un café con leche con tres medialunas (¿qué otra cosa si no?). Muy lejos de las opciones palermitanas que incluyen huevos revueltos, pan casero o granola. Voy por la opción única, entonces, pero no hay manera de que pueda terminar esas tres medialunas gigantes que me traen en un platito de plástico verde agua. 

Al principio estoy sola, pero poco a poco el bar se va llenando. Los tipos se sientan de a dos o tres en las mesas y hablan fuerte. Toman café con leche o café en jarrito con una medialuna de grasa. Algunos se levantan y se sirven soda del sifón que hay en la barra, al lado del teléfono semi público. Otros desayunan ahí mismo, parados, mientras hojean el diario.

El bar está lleno de banderines. Hay una heladera antigua, de esas enormes, de madera, y muchas fotos. Creo que está la de Perón medio escondida entre la Hesperidina y la caña Legui. Un poco más lejos, en la misma pared, Fangio, Gardel y Pasarella.

Entran más tipos, saludan con un "buen día" general como si entraran a su casa y piden café. Aparte de las conversaciones, el único sonido que se escucha es el de la radio AM y la máquina de café. No hay celulares. No hay tecnología. Esta esquina bien podría ser un lugar detenido en el tiempo. Algunos viejos relojean, me miran escribir en mi cuaderno. Me siento sapo de otro pozo, pero sin incomodidad (eso sí, me alegro de no haber traído la notebook rosa). 

En una mesa cercana, un hombre se levanta y deja caer un billete azul al lado de la taza vacía. No llego a ver bien, pero por el color creo que es uno de 10.000 australes. 

viernes, 20 de julio de 2012

El día del amigo

No falla: el 20 de julio de todos los años los contactos que se autodenominan amigos de uno (más los amigos de verdad) nos bombardean durante 24 horas con saludos virtuales. Tienen a su favor toda una batería de armas tecnológicas: mensajes de texto, whatsapp, mail, Facebook, Twitter. El teléfono ha quedado absolutamente demodé (gracias, Dios).

Hay una variada gama de estos "amigos" ocasionales, que salen a relucir una vez al año:

Están los que mandan mensajes genéricos, del estilo "feliz día, TKM", razón suficiente para eliminarlos de inmediato (al mensaje y al "amigo" en cuestión); los que tienen una regresión adolescente y extienden la última letra de cada palabra, como si estuvieran gritando a la distancia ("feliz diaaaaaa amigaaaaaaa"); los que en lugar de amiga te dicen "AMI". ¿Qué les pasa? ¿No saben que no les van a cobrar por escribir la palabra entera? ¿Cuántos años tienen, por el amor de Cristo?; los que se ponen excesivamente sentimentales y hacen manifestaciones de amor eterno que en pocos casos se cumplen ("sabés que voy a estar siempre"); los que a modo de saludo te etiquetan en una tarjeta virtual horrible adornada con Tiger y Winnie Pooh (Winnie Pooh, en serio) y creen que con eso se ganan el premio al amigo del año.

Lo malo de este tipo de mensajes es que obligan a cierto tipo de reciprocidad. Teóricamente uno se vería obligado a contestar "Igualmente" (o, en su caso, "igualmenteeeee" o "igualmente AMI", dependiendo del código que haya utilizado cada emisor. En cambio, prefiero llamarme al silencio y contestarles sólo a aquellos que considero mis amigos. 

Es probable que después de esto me queden aún menos amigos que los que ya tengo. Mala suerte. Prefiero pocos y buenos y no cientos de pelotudos virtuales (Violencia Rivas mode ON).

Dicho esto, le mando un feliz día a mi puñadito de amigos de verdad, a esos que están siempre y no necesitan gritarlo a los cuatro vientos :)


martes, 3 de julio de 2012

En distintas canastas

Hay un dicho de abuela (no de las mías, pero puedo citarlo de todos modos) que habla de "guardar los huevos en distintas canastas". De no apostar a un proyecto único, bah, aunque creo que el dicho apunta más a lo económico. Dejando los huevos de lado, es típico de vieja eso de esconder billetitos en distintos lugares de la casa, al punto en que ellas mismas llegan a olvidar los escondites y después vaya a saber uno qué sucede con esos pequeños tesoros. Mi tía, por ejemplo, es una profesional del tema. Una vez sacó un rollo de dólares de la tulipa de una lámpara del living, y otro del fondo de una maceta.

Pero me fui por las ramas. Me parecía interesante esa idea de diversificarse y no volcar todas las energías en una sola cosa, por varios motivos:
1. Porque si esa única cosa termina aburriéndote, te vas a querer matar;
2. Porque si esa única cosa termina saliéndote mal, te vas a querer matar;
3. Porque hay tantas cosas interesantes que si sólo le ponés fichas a una, eventualmente te vas a dar cuenta y te vas a querer matar.

Siempre fui de hacer bastantes cosas a la vez (por suerte) pero ahora siento una libertad distinta, una energía que nace de las posibilidades (que no son infinitas, eso sí es una mentira, pero sí varias). Me gusta pensar en mí en distintas facetas, y encarnar cada una de ellas sin quedarme en un mismo molde. Creo que me quiero quedar con todas las canastas que tengo y por qué no, seguir sumando otras nuevas.

martes, 26 de junio de 2012

Filosofía barata

Tengo un grupo de amigas con las que hay que planear los encuentros con un mínimo de dos semanas de anticipación. Que los chicos, que el trabajo, que el viaje, que la pindonga mocha. Obviamente, nos vemos cada vez menos. Pensaba el otro día en cómo se ha perdido esa costumbre de la visita"paracaidista", esa que caía sin avisar y se instalaba, con suerte con una docena de facturas o un paquete de bizcochitos. Y hablo en pasado porque creo que eso no existe más, o por lo menos no acá en Buenos Aires.

Hoy es impensable una visita sin al menos un mensaje de texto previo, por más confianza que haya. Todo es tan planificado, tan agendado de antemano  que pareciera que hay algo que se perdió en el camino. La espontaneidad, digamos, la sorpresa del "Che, ¡mirá quién vino!", o de encontrar al visitado en pijamas o en situaciones poco decorosas. 

¿Será que nos volvimos demasiado celosos de nuestro tiempo y por eso ponemos tantas trabas para compartir un simple momento? ¿O será que de repente nos hicimos grandes?

martes, 19 de junio de 2012

Spectre

Por enésima vez me senté a ver "El gran pez". Por algún motivo, todo lo que hace Tim Burton me conmueve. Personajes oscuros con tanta sensibilidad, tan profundos y a la vez tan frágiles. Jack, el Joven Manos de Tijera, Willy Wonka, el Chico Ostra, el Guasón, Beetlejuice, el Sombrerero Loco. Todos "monstruos"(nótense las comillas) a los que dan ganas de abrazar. 

En "El gran pez" los monstruos son personajes secundarios y no muy temibles: el gigante, la bruja del pantano, las siamesas vietnamitas. 

Quizás es por la ausencia de monstruo que "El gran pez" me lleva de las ganas de abrazar a ese estado de emoción violenta difícil de explicar pero que es una mezcla de congoja (de esa que duele en la garganta) y felicidad por una historia tan hermosa y perfecta. 

Pienso que los monstruos del protagonista son internos y son varios. Uno de ellos es la conciencia de lo irrecuperable, uno de los ejes de la historia que toma cuerpo en ese pueblito que Edward Bloom encuentra escondido en el camino: Spectre. ¿No es simplemente genial la idea de un lugar al que se llega demasiado temprano o demasiado tarde

Por suerte Will no llega demasiado tarde a entender a su padre y así, el final de "El gran pez" se convierte en una de las cosas más lindas que he visto, aun con los ojos nublados y rojos gracias a la magia del turro de Tim.

"Big fish" de Tim Burton

lunes, 2 de abril de 2012

Desvaríos


Soñé que el libro tenía ilustraciones, pero no las tiene.

Soñé que Jorge Costa tenía la misma cara de hace 15 años y que estaba herido.

Soñé que me perseguían para terminar un informe para el que todavía no me dieron fecha de entrega.

Soñé todas esas cosas por culpa del feriado, porque si hubiera sido un lunes cualquiera me hubiera despertado mucho antes. *

Me desperté sin poder dejar de cantar un tema de Adele.

Me desperté y todavía no termino el libro que me compré para este fin de semana solitario. 

Me desperté para seguir escuchando los azules turquesas de Lisandro Aristimuño, una de esas repeticiones que tranquilizan.

Me desperté con ganas de escribir para el taller, pero me olvidé las consignas mágicas en el trabajo.

Nada que un mate y alguna cosa rica no puedan solucionar.

*Ok, la culpa por el contenido de estos sueños podría no ser atribuible exclusivamente al feriado sino tal vez a ver “A beautiful mind” y “Escuela de Rock”,  por enésima vez cada una. Me niego a pensar, sin embargo, que la figura de Jorge Costa sea la representación que hace mi inconsciente del lindo de Jack Black. 


Foto: Antigravity, de Mina Sarenac 

jueves, 29 de marzo de 2012

Chusmógrafo reloaded

¡Otro desafío bloggero! Crai me nominó (me siento en Gran Hermano) para contestar esta serie de preguntas. En cuanto las vi me acordé de que en el primario hacíamos algo parecido: el Chusmógrafo. 

El Chusmógrafo era un cuaderno en el que el dueño hacía una lista de preguntas en la primera hoja y a continuación ponía su respuesta a cada una. El cuaderno iba pasando de mano en mano y cada uno contestaba en una página diferente las preguntas que proponía el primero. Toda la gracia del Chusmógrafo residía en buscar la página de la persona que nos gustaba y mirar la respuesta a la pregunta "quién te gusta", para ver si estaba nuestro nombre o no (generalmente no). Otra prueba de lo complicadas que podemos ser las mujeres para buscar confirmación sobre este dato: hojas y hojas desperdiciadas para este romántico y enrevesado fin. Hecha la introducción, acá van mis respuestas:

5 hábitos extraños:

1. A veces cuando se me pega una canción, cuento las sílabas con los dedos de la mano, y si no me da múltiplo de 5 me da un toque de nerviosismo (Hola Jack Nicholson!).

2. Justifico los textos en la PC. No me sale escribir de otra manera.

3. Me hago sonar los huesos de las muñecas y de los dedos de los pies.

4. En lo posible, evito la fuente Times New Roman. Me parece aburridísima.

5. Uso agenda de papel (hoy en día ya califica como hábito extraño).

La serie más reciente a seguir: How I met your mother y Downton Abbey.

Un capricho cumplido: publicar un libro! Aunque no sé si lo llamaría capricho.

Un objeto de deseo: una cartera Chanel modelo 2.55 negra (si hay que desear hagámoslo a lo grande).

Un sabor: guiso de lentejas.

Una fruta: uva.

Un lugar para visitar: alguno de los que me faltan conocer.

Una ciudad: Azul.

Un lugar para enamorarse: jaja ni idea, creo que puede pasar en cualquier lugar.

Lo mejor de la TV: las series de ficción (Mad Men, Game of thrones, Lost, y todas esas que te hacen dar ganas de ser guionista).

La última canción que se te pegó: la mierda esa de Michel Teló.

Una actriz: Meryl Streep. Le creo cualquier cosa.

Un actor: Al Pacino.

Una revista: depende el humor, pero no discrimino (salvo la del Colegio de Abogados que se va al tacho de basura sin abrir).

Un sueño: ser cantante, lástima que no vine con los chips de la buena voz y la desfachatez.

Último vicio: las pulseras.

Postre favorito: ufff muchos! No sé si sería capaz de elegir: torta de manzana, cheesecake, helado, flan casero, postrecito de chocolate (el Royal de cajita), merengues, palos de jacob, lemon pie, masitas de confitería... sí sí, soy un lechón.

Lo que me molesta: la falsedad.

Actitud de todos los días: depende de cómo venga ese día. No soy la positividad en persona pero trato de ponerle garra.

Color: rosa.

Animal: perro (la pucha que soy original).

Perfume: Versense, de Versace, pero se me terminó. Sigo con Very Irresistible de Givenchy.

Día de la semana: sábado. El domingo es medio deprimente.

Mi pasión: leer libros de ficción. Y ver películas. Y series.

Una canción que te identifique: Good riddance de Green Day.

Un aroma: el de los libros nuevos.

Y los nominados son... los que se animen, acá mismo o en sus blogs!

martes, 27 de marzo de 2012

I need a drink!

Parece ser que ya se estrenó la quinta temporada de Mad Men en Estados Unidos. Capítulo doble. O sea: dos horas de la impecable imagen de Don Draper y de las miserias personales que se esconden detrás de una perfección aparente.

Porque Don lo tiene todo: una cara envidiable (lo de "buena presencia" le queda chico), un trabajo que ama y en el que brilla por su talento, una esposa hermosa, dos hijos (una nena y un nene, claro), una casa con patio, un perro. Y así y todo su vida se cae a pedazos. Nadie parece ser demasiado feliz en esa serie, quizás por eso es que es tan verosímil y cada frase del guión es para levantarse y aplaudir. 

3,5 millones de personas ya la vieron, pero por acá tendremos que esperar unos días más, ¡maldición!

Imagen: Peruhasdoneit via Flickr

martes, 20 de marzo de 2012

La blonda oquedad

A veces me asombro de mi propia estupidez y en esos casos no me queda otra que reírme, qué le voy a hacer. Me pasan cosas como querer apagar el aire acondicionado con el control remoto del televisor, guardar la sal en la heladera, o hacer comentarios desacertados en Facebook, como esas tías viejas que todavía no saben usarlo y dan un poco de vergüenza.

El último de esos papelones cibernéticos lo cometí ayer, cuando comenté un status que rezaba "cómo pesa marzo" con un "no me digas que querés otro viaje, descarada". La autora del status era una abogada que participa en los juicios a los militares por los crímenes de la dictadura, y claramente hacía referencia al aniversario del 24 de marzo. En fin, me lo tuvieron que decir para que me avive, y me agarró una tentación tal que no pude parar de reírme, pensando la sarta de barbaridades que estaría pensando el público feisbuquero de mí.

Y bueno, como diría Tita Merello, ¡yo soy así! Lo asumo. A veces soy una rubia hueca. Y me la banco.


jueves, 15 de marzo de 2012

Sorpresa abismal

Ahhhh ¡tengo una chochera! Hace un tiempo sigo un blog al que ni me acuerdo como llegué pero que me parece muy bueno. Se llama Parado en el Abismo, y si no lo conocen pueden verlo acá. Imperdibles las entradas sobre el odio, que me han hecho largar carcajadas sonoras en plena jornada laboral.

Resulta que además de blog hay pequeñas y muy cuidadas ediciones en papel, que se distribuyen gratis por la ciudad, algo que me pareció simplemente genial. Repito: gratis, algo no muy fácil de encontrar en estos días, sin otro interés que el de hacer llegar sus ideas a otros, sin publicidades ni fines ocultos en el medio.

Así que me contacté con el artífice de todo eso, que se hace llamar Pablix, para ofrecerme como una especie de agente oficial distribuidor, digamos.

Me acaban de llegar los primeros ejemplares, y como si eso fuera poco, ¡una libreta hermosa de regalo!! Me sigue sorprendiendo (para bien) encontrar gente tan copada y talentosa por el mundo. Hace bien.

Acá les dejo foto del librito para que si lo ven por ahí lo reconozcan y no duden en llevarse uno. Es gratis (¿quedó claro?), cabe en la cartera de la dama o en el bolsillo del caballero, y es muchísimo más entretenido que mirar Tinelli o Dulce Amor.

Comité de bienvenida de los ejemplares

miércoles, 7 de marzo de 2012

Al agua, chancho

La pileta está dividida en varios carriles: lento, medio, rápido, recreativo. En cada uno la fauna es distinta.

El lento siempre lo ocupa gente mayor, que se desplaza a la velocidad de una mancha de aceite. Prefieren nadar de espaldas, haciendo la plancha como quien dice. El guardavidas está atento a ese sector más que a ningún otro, porque a mayor edad las probabilidades de calambre/ahogo aumentan (digo yo).

En el medio va la gente como uno, o sea, los medianamente jóvenes y sedentarios que decidieron hacer algún deporte y se compraron todo el equipito, que dicho sea de paso es muy poco sentador. Están los que nadan con estilo y los que le pegan de lleno al agua en cada brazada con las palmas abiertas, o parece que tienen las piernas inutilizadas. Para eso sirven las antiparras, para ver qué mal nada el que va adelante. También están los que se quedan en el borde y se sumergen para pispear al público femenino en malla, pensando que son invisibles.

En el carril rápido están ellos, los Nadadores con mayúsculas, los que saben que la mallita les queda bien entonces se quedan unos minutos en el borde, examinando el terreno, desfilando con sus cuerpos modelados de pseudo Meolans. Las Nadadoras mujeres, en cambio, no son tan agraciadas. Se las reconoce por el diámetro de su espalda. A veces me quedo mirándolas y pienso que les debe costar bastante conseguir corpiño a las pobrecillas.


jueves, 23 de febrero de 2012

Que el dolor no me sea indiferente

La verdad es que no hay mucho que yo pueda decir sobre lo que pasó ayer en Once, además de que me da mucha tristeza y bronca.

También un poco de vergüenza por cosas que vi y leí en los distintos medios de comunicación, que ayer parecián competir por mostrar la foto más impresionante, regodearse en la espera para conseguir primero la lista de víctimas fatales. Todo con música de película de fondo y subtítulos amarillistas: el espectáculo antes que la información.

Y no sólo fueron desacertados los medios sino también mucha gente que comentó en distintos foros cosas tales como "Acá la culpa la tuvo el maquinista" o "¿Qué hacía un nene solo a esa hora en el tren? No sería un vendedor ambulante o uno de esos que piden monedas?" (textual).

Así que ante tanta obscenidad mediática yo acá hago silencio, pero no por indiferencia, sino por respeto a toda la gente que hoy está pasándolo realmente mal. Que hablen los que tendrían que haberlo hecho ya. Y que se hagan cargo.
 

martes, 14 de febrero de 2012

Desafío

Lady V de Lado V me desafió a contar 7 verdades sobre mí. Qué difícil. Porque no es cuestión de decir unas cuantas cosas que, aún siendo verdades, no tienen ninguna relevancia o se pueden deducir fácilmente de lo que escribo en los posts. No. Lo interesante es decir 7 verdades incómodas, de esas que dan un poquito de vergüenza, y hasta vergüenza ajena para el que las lee.

Así que ahí van!

1. Nunca vi Star Wars. Desconozco los nombres de la mayoría de los personajes y siempre quedo afuera de los chistes nerds que se hacen al respecto. No descarto ver la versión en 3D que se reestrena este jueves.

2. Me molesta que la gente grande diga "pipí" y "popó". Casi tanto como los que creen que es más fino pronunciar "picza" que "pisa" cuando hablan de pizza.

3. No leí el Quijote, ni la Divina Comedia, ni Moby Dick, ni un millón de otros libros que algunas personas consideran fundamentales.

4. Me molestan mucho los vestuarios de los gimnasios y la mezcla de impudicia y exhibicionismo que son capaces de desplegar algunas mujeres. En este momento estoy desarrollando una técnica para maniobrar con la malla de natación (o traje de baño, para los susceptibles) sin tener que mostrar nada de nada.

5. Me da muchísimo asco tocar polvo de tiza o talco.

6. Los dedos de mis pies son horribles. Posta, si fueran ajenos los criticaría sin piedad.

7.  Me presenté en la primera edición de Operación Triunfo, con prueba de cámara y todo. Obviamente no quedé.

El desafío, aparentemente, se tiene que pasar a 7 personas. Así que los que se animen, están invitados a ponerse de pie y confesar.


martes, 24 de enero de 2012

Que Dios me salve a mí de ella

La nueva está integradísima, como si trabajara acá desde hace años. Tengo que decir que me cae cada vez mejor. Ayer tomamos tereré y debatimos temas de alto vuelo jurídico (camisa ¿afuera o adentro de la pollera? y ese tipo de cosas).

Pero la que está torturando mis días es Queen. Le decimos así porque tiene la espantosa costumbre de llamar "reina" o "rey" a las víctimas que caen en sus garras para trabajar un tema con ella (en este caso, yo). 

"Reina" ya tiene consecuencias negativas, pero si acaso te dice "Reina Chula" estás en serios problemas. Significa que te está por enterrar en las profundidades más hediondas de su pantano lleno de dudas y discusiones interminables sobre el sexo de los ángeles y la relevancia de agregarle un adverbio o no a una nota kafkiana que no leerá nadie jamás.

Queen representa todo lo que yo no quiero ser en la vida: chata, intrascendente, envidiosa, con aires de alta sociedad mal imitados, arpía, intelectualmente pobre, obsecuente, insegura hasta la exasperación, infeliz. Y como si todo eso fuera poco, gorda como un sapo y mal vestida (acá me salió la Ohlalá).

En cualquier momento le voy a contestar una barbaridad, lo sé. Así que como medida preventiva  descolgué el teléfono para no escucharla. No descarto que me venga a buscar.

Ilustración de Jennifer Gennari via www.jengenart.com

martes, 17 de enero de 2012

La nueva

Ayer entró una abogada nueva a mi equipo de trabajo, y la ubicaron en el box que está a mi izquierda. 26 años, linda, muy simpática. Los masculinos del equipo chochos, con sonrisita que no saben disimular.

Me hace acordar a la escuela primaria; cada vez que ingresaba un alumno nuevo inmediatamente se ganaba el apodo de "el nuevo" o "la nueva" hasta que lograba ganarse su nombre y su individualidad.

"La nueva" se llama como mi ex jefa: ya decía Borges que a la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos. Y yo otra vez me encuentro en la incómoda posición del que se debate entre extenderle una alfombra roja al recién llegado o mantener una prudente distancia hasta decidir si "la nueva" me va a caer bien o mal.

Ya tuve experiencias de todas clases: los que al principio me parecían imbancables y después revirtieron totalmente su imagen, los imbancables que jamás revirtieron nada, los que parecían piolas y después terminaron siendo tremendos garcas, y también los que me causaron una buena impresión y la mantuvieron a lo largo del tiempo.

"La nueva" es una incógnita. Se aproxima el momento clave del almuerzo, tengo 40 minutos para decidir si la invito o no a compartir la triste ceremonia de comida de tupper en una oficina usurpada. Porque invitarla a comer afuera ya es demasiado, I'm so sorry for you, querida.

"All that glitters" ilustración de Terry Fan

sábado, 14 de enero de 2012

Hallazgo

Hace unos días, mientras paseaba por la librería de las bolsitas naranjas, me encontré con el número 1 de la revista literaria "La Balandra".

No la conocía, pero me llamó inmediatamente la atención por la estética, por la calidad de la edición que invita a coleccionarla, y por los títulos ("¿Un escritor se nace o se hace?"; "Cómo llegar a una editorial"; "Los nuevos narradores", entre otros). 

Todos me parecieron atractivos, así que la compré ($30) y no pude parar de leer hasta la última página. Hacía mucho que no encontraba contenidos tan interesantes en una publicación argentina, cuyo objetivo no parece ser otro que difundir la nueva narrativa, desde todas las ópticas del mundo literario: los escritores, editores, traductores, correctores, y fundamentalmente los lectores. Hay entrevistas, opiniones, cuentos inéditos de narradores extranjeros y argentinos, testimonios, datos sobre talleres y concursos literarios. 

Y no menos importante: la revista tiene ese fascinante olorcito a tinta nueva que sin dudas es un bonus track. Acá va el link a la página web.

La Balandra, Número 2

miércoles, 11 de enero de 2012

50 book challenge

Varios de los blogs de nerds literarios que sigo hablan de este desafío, que consiste en proponerse leer 50 libros en el año.

Proponérselo parece fácil, hacerlo no tanto. Si mis matemáticas no me fallan, estamos hablando de 4,1 libros por mes. Los libros son a elección propia, o sea que si uno quisiera tomar este propósito a rajatabla y cumplirlo a como dé lugar, podría compensar los grandes volúmenes con la lectura a continuación de algún otro libro más corto (las 651 páginas de Ana Karenina con Otonio, de Ana Agote, por dar un ejemplo).

Sea como sea, la idea es disfrutar de la lectura y no que se convierta en una tortura (me salió con verso y todo), así que me anoté para este año y veremos a dónde llego. Por ahora, recién voy por uno y medio.

Enero 2012

#1. Los restos del día, Kazuo Ishiguro


Imagen: Emmaginery Photography

jueves, 5 de enero de 2012

Carta Documento a los Reyes Magos

Estimados Sres.
Melchor, Gaspar y Baltazar ("Reyes Magos")
Lejano Oriente

De mi consideración:

Me dirijo a Ustedes con motivo de los reiterados incumplimientos a las Obligaciones de Entrega de Regalos (en adelante "OER") en los que incurren desde hace 20 (veinte) años respecto de quien suscribe, a pesar de que las prestaciones a mi cargo (ofrenda de pasto, agua, y copa de vino para Sus Majestades) han sido oportunamente satisfechas en todos los casos, tal como surge del material fotográfico que adjunto.

Por lo expuesto, por la presente quedan ustedes intimados a comparecer en mi domicilio el próximo 6 de enero de 2012, en horas de la madrugada, a fin de cumplir en legal tiempo y forma con los requerimientos efectuados a Uds. de manera sistemática y por escrito los días 5 de enero de cada año, desde 1992 a la fecha. Con lo cual, las prestaciones a su cargo bajo las OER sólo se entenderán cumplidas con la entrega de los veinte (20) regalos que a la fecha me adeudan, incluyendo pero sin limitarse a la Barbie Tropical modelo Malibú y a la nave espacial de Playmobil.

Todo ello bajo apercibimiento de solicitar el auxilio de la fuerza pública, el decomiso de los camellos y/o de dar inicio a las acciones legales que correspondan por los irreparables perjuicios ocasionados.

Sin otro particular, los saluda atentamente,

Routeless

Foto: superbomba (via Flickr)

martes, 3 de enero de 2012

Ciudad de lectores

Si algo tienen de buenos los aires de esta ciudad en enero, es que menos gente los respira. Y eso ya es mucho decir.

En lugar de pensar que una gran parte de los porteños está disfrutando de sus vacaciones mientras uno sigue en el cemento, hay que ver el vaso medio lleno y alegrarse por el colectivo vacío, por las distancias que parecen más cortas, por el trabajo a media máquina, y por último -aunque no por eso menos importante- por las liquidaciones furiosas que arrancan justo después de Navidad.

Pero vuelvo al colectivo vacío. Créase o no, para los que nos trasladamos ensardinados en el transporte público todo el año, enero es un oasis: la gente viaja con otra cara. Esta mañana había cinco personas leyendo, además de mí. Me dio la sensación de una biblioteca ambulante, de seis mundos diferentes de ficción viajando juntos al microcentro. 

No puedo evitar chusmear qué lee la gente, me agarra una especie de cholulez literaria y quiero saber si conozco el título, si lo leí, si es uno de los de mi lista de espera, si no lo conozco, o si es uno de esos que no compraría nunca. Hoy alcancé a divisar "El idiota", "Historia de dos ciudades" y "Él y ella" (los gustos en vida). 

Yo estoy leyendo "Los restos del día" y ya me está gustando más que la película. ¿Ustedes? ¿Alguna recomendación?

Ilustración via www.betterbooktitles.com