Lady L

Lady L

martes, 26 de junio de 2012

Filosofía barata

Tengo un grupo de amigas con las que hay que planear los encuentros con un mínimo de dos semanas de anticipación. Que los chicos, que el trabajo, que el viaje, que la pindonga mocha. Obviamente, nos vemos cada vez menos. Pensaba el otro día en cómo se ha perdido esa costumbre de la visita"paracaidista", esa que caía sin avisar y se instalaba, con suerte con una docena de facturas o un paquete de bizcochitos. Y hablo en pasado porque creo que eso no existe más, o por lo menos no acá en Buenos Aires.

Hoy es impensable una visita sin al menos un mensaje de texto previo, por más confianza que haya. Todo es tan planificado, tan agendado de antemano  que pareciera que hay algo que se perdió en el camino. La espontaneidad, digamos, la sorpresa del "Che, ¡mirá quién vino!", o de encontrar al visitado en pijamas o en situaciones poco decorosas. 

¿Será que nos volvimos demasiado celosos de nuestro tiempo y por eso ponemos tantas trabas para compartir un simple momento? ¿O será que de repente nos hicimos grandes?

martes, 19 de junio de 2012

Spectre

Por enésima vez me senté a ver "El gran pez". Por algún motivo, todo lo que hace Tim Burton me conmueve. Personajes oscuros con tanta sensibilidad, tan profundos y a la vez tan frágiles. Jack, el Joven Manos de Tijera, Willy Wonka, el Chico Ostra, el Guasón, Beetlejuice, el Sombrerero Loco. Todos "monstruos"(nótense las comillas) a los que dan ganas de abrazar. 

En "El gran pez" los monstruos son personajes secundarios y no muy temibles: el gigante, la bruja del pantano, las siamesas vietnamitas. 

Quizás es por la ausencia de monstruo que "El gran pez" me lleva de las ganas de abrazar a ese estado de emoción violenta difícil de explicar pero que es una mezcla de congoja (de esa que duele en la garganta) y felicidad por una historia tan hermosa y perfecta. 

Pienso que los monstruos del protagonista son internos y son varios. Uno de ellos es la conciencia de lo irrecuperable, uno de los ejes de la historia que toma cuerpo en ese pueblito que Edward Bloom encuentra escondido en el camino: Spectre. ¿No es simplemente genial la idea de un lugar al que se llega demasiado temprano o demasiado tarde

Por suerte Will no llega demasiado tarde a entender a su padre y así, el final de "El gran pez" se convierte en una de las cosas más lindas que he visto, aun con los ojos nublados y rojos gracias a la magia del turro de Tim.

"Big fish" de Tim Burton