Hay una variada gama de estos "amigos" ocasionales, que salen a relucir una vez al año:
Están los que mandan mensajes genéricos, del estilo "feliz día, TKM", razón suficiente para eliminarlos de inmediato (al mensaje y al "amigo" en cuestión); los que tienen una regresión adolescente y extienden la última letra de cada palabra, como si estuvieran gritando a la distancia ("feliz diaaaaaa amigaaaaaaa"); los que en lugar de amiga te dicen "AMI". ¿Qué les pasa? ¿No saben que no les van a cobrar por escribir la palabra entera? ¿Cuántos años tienen, por el amor de Cristo?; los que se ponen excesivamente sentimentales y hacen manifestaciones de amor eterno que en pocos casos se cumplen ("sabés que voy a estar siempre"); los que a modo de saludo te etiquetan en una tarjeta virtual horrible adornada con Tiger y Winnie Pooh (Winnie Pooh, en serio) y creen que con eso se ganan el premio al amigo del año.
Lo malo de este tipo de mensajes es que obligan a cierto tipo de reciprocidad. Teóricamente uno se vería obligado a contestar "Igualmente" (o, en su caso, "igualmenteeeee" o "igualmente AMI", dependiendo del código que haya utilizado cada emisor. En cambio, prefiero llamarme al silencio y contestarles sólo a aquellos que considero mis amigos.
Es probable que después de esto me queden aún menos amigos que los que ya tengo. Mala suerte. Prefiero pocos y buenos y no cientos de pelotudos virtuales (Violencia Rivas mode ON).
Dicho esto, le mando un feliz día a mi puñadito de amigos de verdad, a esos que están siempre y no necesitan gritarlo a los cuatro vientos :)