Lady L

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sábado, 31 de diciembre de 2011

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Good riddance

Y se acaba el 2011, nomás. En esta época uno tiende a sobreestimar el sistema calendario y a pensar que el 31 de diciembre se cierra el ciclo. Como si fuera un balance, o el capítulo de un libro que se termina. 

Quizás no sea más que una estrategia de optimismo o simple supervivencia eso de pensar que el 1 de enero tenemos otra vez la página en blanco y que todo lo que viene es proyecto, planes, oportunidad. 

Entonces nos deseamos feliz año, como cada 31 de diciembre, y ponemos las expectativas y las esperanzas en esos doce meses que llegan, nuevitos, listos para usar, como dice Mafalda. 

No creo que esté mal el festejo, el brindis, los fuegos artificiales y todo eso. Pero tal vez los deseos más importantes sean los que para un desprevenido podrían parecer los más sencillos, esos que casi no se nos ocurren por evidentes, por darlos por sentados. 

La familia. Las personas valiosas. Las cosas que uno ama, por más pequeñas que sean. La integridad. Los momentos que después se recuerdan con una sonrisa. La curiosidad. Un lugar al cual volver. Un lindo sueño. Las palabras que dejan huellas. La certeza de ser una persona querida.

Todas aquellas cosas por las que a uno le dan ganas de agradecer. 

Feliz 2012, gente. Y a vos, 2011, que te garúe finito.

Imagen via ffffound.com

martes, 13 de diciembre de 2011

Why so serious?

Hasta el día más espantoso es capaz de albergar una sonrisa. Una, aunque sea aislada, aunque sea forzada, es sonrisa al fin y a veces ayuda a compensar el resto.

Hay un poema con nombre de marca de ropa (Desiderata) que termina con la frase "esfuérzate por ser feliz".  

Esfuérzate por ser feliz. Sin llegar a escribirlo en el espejo como Nacha Guevara, o convertirlo en uno de los mantras bobos de "El arte de vivir", es una linda propuesta. Es posible encontrar un cachito de felicidad en cada día y rescatarlo, mirarlo bien y pensar que quizás por ese momento valió la pena el día entero. 

Hoy, por ejemplo, en un día más que complicado de trabajo, encontré mi humilde cuota de felicidad en la nota que me dejó una amiga en la silla del escritorio, junto con un regalo inesperado. Dos hojitas rosas de esas de los tacos de colores. Nada más. Y nada menos.
"The joker",  ilustración de Marie Bergeron

viernes, 9 de diciembre de 2011

A destiempo

A veces tengo la sensación de que nací en la época equivocada. Hace poco me dijeron que soy un ejemplar que se adelantó a la generación Y (me corresponde ser X), pero creo que ni siquiera es eso.

Me parece que haber nacido cien años antes me hubiera sentado mucho mejor. Será porque estuve leyendo y viendo algunas ficciones de esa época y me intriga pensar cómo hubiera sido para mí moverme en ese mundo, según las convenciones de esos años, en los que faltaba tanto por descubrir, y tantas personas interesantes por nacer.

Entonces uno deja de lado las desventajas (total es una fantasía) y empieza con las exquisiteces, ¿para qué soñar si no? 

En una época donde el ocio no sólo estaba bien visto sino que era lo esperable de una dama, mis únicas ocupaciones serían aprender piano, quizás francés, escribir y viajar en barco para conocer el mundo. Tendría una biblioteca enorme en la que me pasaría horas leyendo. Me comunicaría por carta y mandaría tarjetas antes de hacer una visita. Tendría muchos vestidos y usaría abanicos y guantes largos. 

De haber nacido cien años antes no sé si hubiera sido una dama pero seguramente sí una bon vivant. Una verdadera lazy lady que no haría un pedo a la vela en todo el santo día.  

"Hanging out in history", de Karien Deroo

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Bloody Mary


Ayer vino el Sr. Jefe y me dijo: “mañana viene una chica inglesa al estudio, se acaba de recibir de abogada en Londres y viene a Buenos Aires a hacer una pasantía antes de entrar en [no entendí, mi cerebro se apaga a veces]. La tenemos que entretener durante la mañana.”

Punto N° 1: No al uso del plural cuando claramente me estás pidiendo que me haga cargo yo de tu fiambre.

Punto N°2: ¿Me vieron cara de bufón? ¿Cómo es posible entretener a alguien dentro de una oficina como ésta? ¿Organizo una búsqueda del tesoro en los archivos? ¿Jugamos al juego del paquete con alguna carpeta? (o mejor con alguno de los seres que deambulan por estos pasillos). Ya sé, la escondida. La escalera de incendios es un buen lugar.  

Punto N°3: ¿Justo a mí me tienen que venir con estas cosas? Detesto tener que interpretar el papel de amable y simpática cuando no lo soy, y encontrar temas de conversación donde no los hay, con alguien que seguramente habla como Kate Middleton, pero sin el componente de realeza ni de glamour.

Sr. Jefe, hoy usted no me simpatiza. 

"Liberdade e Amor", ilustración de Jump Jirakaweekul