Salir de la Matrix laboral oficinista tiene sus pros y sus contras. Entre los pros, está poder ir a desayunar un lunes a las 9.30 a un bar del año del jopo como "El Banderín", un lugar donde la única promoción posible de desayuno consiste en un café con leche con tres medialunas (¿qué otra cosa si no?). Muy lejos de las opciones palermitanas que incluyen huevos revueltos, pan casero o granola. Voy por la opción única, entonces, pero no hay manera de que pueda terminar esas tres medialunas gigantes que me traen en un platito de plástico verde agua.
Al principio estoy sola, pero poco a poco el bar se va llenando. Los tipos se sientan de a dos o tres en las mesas y hablan fuerte. Toman café con leche o café en jarrito con una medialuna de grasa. Algunos se levantan y se sirven soda del sifón que hay en la barra, al lado del teléfono semi público. Otros desayunan ahí mismo, parados, mientras hojean el diario.
El bar está lleno de banderines. Hay una heladera antigua, de esas enormes, de madera, y muchas fotos. Creo que está la de Perón medio escondida entre la Hesperidina y la caña Legui. Un poco más lejos, en la misma pared, Fangio, Gardel y Pasarella.
Entran más tipos, saludan con un "buen día" general como si entraran a su casa y piden café. Aparte de las conversaciones, el único sonido que se escucha es el de la radio AM y la máquina de café. No hay celulares. No hay tecnología. Esta esquina bien podría ser un lugar detenido en el tiempo. Algunos viejos relojean, me miran escribir en mi cuaderno. Me siento sapo de otro pozo, pero sin incomodidad (eso sí, me alegro de no haber traído la notebook rosa).
En una mesa cercana, un hombre se levanta y deja caer un billete azul al lado de la taza vacía. No llego a ver bien, pero por el color creo que es uno de 10.000 australes.
Hermosa pintura costumbrista...
ResponderEliminarAhora tenés que ir a almorzar o cenar a "La Popular" para completar el ciclo.
ResponderEliminarA veces voy! Pero últimamente está caro (aún con Club La Nación) y la calidad no es lo que era.
EliminarQuiero ir!!! donde queda????? me encantan estos lugares que mantienen el estilo y las costumbres de antaño!!!
ResponderEliminarbesos!
No dejes de ir! Está en Billinghurst y Guardia Vieja. Parece que las picaditas de la noche son muy recomendables...
EliminarY si me permiten que me entrometa, si les gusta este tipo de lugares, les recomiendo el "Café de García" en Sanabria al 3302, en Villa Devoto. Hacen unas picadas memorables. Hay que reservar con tiempo porque siempre está lleno.
EliminarGracias x el dato!!
EliminarGracias x la data!!! soy amante de las picadas!!!!
Eliminarbesos
Qué lindo que queden todavía rincones así! Hermoso relato!
ResponderEliminarA mí me gustaría que acá hubiera un bar así!!
ResponderEliminarQué lindos esos antritos antiguos de Buenos Aires!
ResponderEliminarSin dudas son los mejores en calidad, y tienen ese gusto a casa de los abuelos que es nostálgicamente genial. (Si, ahora existe la palabra "Nostálgicamente", no sabías?).
Un placer volver a pasar por acá después de tanto tiempo!
Espero saber de vos :)
Abrazo!